Al corriente: octubre 29, 2014
Lancaster, PA, EE.UU. – La Iglesia Menonita de Habecker (Habecker Mennonite Church) nunca previó un llamado al reasentamiento de refugiados. Pero la voluntad de Dios se hizo evidente, al principio lentamente, y luego con mayor urgencia. Los refugiados de Burma/Myanmar están todos necesitados de transporte, trabajos, servicios sociales y ayuda para aprender el idioma inglés. Todos buscan entablar amistades y relaciones.
Habecker ha desarrollado el hábito de la hospitalidad que abraza el cambio y la conmoción. Un hombre callado escuchó el anhelo de una mujer de tener verduras tradicionales Karen y respondió comenzando una huerta de cultivos asiáticos, que ahora está en su cuarto año de productividad Los de piel de color marrón lavan los pies de los de color blanco mientras ambos están sentados en el suelo, al estilo Karen. Un coro de adolescentes Karen da apertura al servicio cada domingo con canciones birmanas con mucho entusiasmo. Se escuchan cantos espontáneos en las camionetas cargadas de personas y en los cultos de las iglesias.
Esta creciente comunidad intercultural, polifónica, ora junta, se ayuda entre sí, confía en Dios y busca seguir a Jesús cada día. Nos preguntamos: ¿No sería maravilloso unirse a la Asamblea del Congreso Mundial Menonita, a sólo cincuenta millas de distancia en Harrisburg, Pennsylvania en 2015? El costo parecía inaccesible. El pastor Karen Sensenig solicitó una subvención para una renovación pastoral a Lily Endowment Fund, que incluye suficiente dinero extra para enviar a varios jóvenes Karen a Pennsylvania 2015. Asistir a la Asamblea con otros del Congreso Mundial Menonita ofrecerá a estos jóvenes la oportunidad de tener un pantallazo de una historia más amplia de menonitas de alrededor del mundo.
Esperamos que la presencia Karen en Pennsylvania 2015 anime a otros jóvenes menonitas a unirse a las voces de los grupos que sufren de opresión. Juntos, se convertirán en líderes en una iglesia que cada vez es más intercultural y polifónica: una iglesia donde todas las voces son escuchadas, el liderazgo es compartido, las diferencias son celebradas y la comunidad es valorada.
Por Karen Sensenig
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