Al corriente: septiembre 5, 2020
“Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido. Cuando alguien hable, sean sus palabras como palabras de Dios. Cuando alguien preste algún servicio, préstelo con las fuerzas que Dios le da. Todo lo que hagan, háganlo para que Dios sea alabado por medio de Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder para siempre. Amén” (1 Pedro 4:10–11, DHH).
En julio de 2019, mi amiga Linia Sommer nos pidió ayuda a mi esposo Dan y a mí para medir la exposición de su comunidad al mercurio. Lina vive en la Guyana Francesa, en una remota comunidad de selva tropical llamada Taluene en la cuenca superior del rio Maroni.
La comida en la comunidad de Lina se ha visto contaminada por la extracción de oro. La meseta de Guyana es una región de América del Sur que incluye a Surinam, Guyana Francesa y el norte de Brasil. Al igual que los pueblos indígenas de todo el mundo, la gente de Linia no tiene el título de sus tierras tradicionales ni el control de lo que sucede en sus países de origen.
Cuando los gobiernos pactan concesiones mineras en o cerca de los territorios indígenas, las personas que viven allí tienen poco poder contra los intereses nacionales y corporativos.
Linia es Wayana, y los Wayana y los otros pueblos que viven en el tramo superior del rio Maroni dependen del pescado como fuente principal de alimentación. La minería de oro contamina los peces en los cuales los metales pesados se bioacumulan en sus tejidos. La exposición a metales pesados como el mercurio causa enfermedades neurológicas, muerte prematura e interrupción y desplazamiento de la comunidad.
Si bien el gobierno francés realiza análisis periódicos a los pueblos indígenas de Guyana Francesa para determinar la toxicidad del mercurio, no comparten los resultados con los miembros de la comunidad.
Como madre, Linia siente que debería ser informada sobre la amenaza que la extracción de oro representa para sus hijos. Ella cofundó la organización Organization afin de promouvoir l’entraide et la solidarite entre les victimes du mercure (Organización para promover la solidaridad y la ayuda mutua entre las víctimas del mercurio) para intentar abordar el problema.
Soy una mujer indígena norteamericana, una Tewa. Yo sé lo que es sentirse impotente, una persona pequeña en un mundo donde las leyes y políticas no siempre reflejan los mejores intereses para mi familia o mi gente.
Cuando Linia nos pidió ayuda para documentar el impacto del mercurio en su gente, Dan y yo aceptamos de inmediato.
Mi esposo y yo comenzamos a trabajar con los Pueblos Indígenas y Tribales en la meseta de Guyana en 2004. Establecimos el Fondo de Salud Indígena de Surinam sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, dedicado a proporcionar a los pueblos indígenas de la región de Guyana los materiales y el apoyo técnico que necesitan para encontrar soluciones por sí mismos.
Aunque tenemos el equipo científico necesario, es desafiante y costoso lanzar un proyecto internacional que nos haga llegar las muestras y entregue los resultados a los miembros de la comunidad afectados.
Cuando regresamos a nuestra casa en Washington, le pedí ayuda a la Coalición para el Desmantelamiento de la Doctrina del Descubrimiento. Ellos se comunicaron con su red en todo Estados Unidos, haciendo nuestra petición de kits de prueba de mercurio su campaña de fin de año. En respuesta, el grupo juvenil de Shalom Mennonite en San Francisco, California, EE. UU., eligió la financiación de kits de prueba como su propio evento especial de recaudación de fondos de navidad.
Con la ayuda de la Coalición, podemos financiar kits de prueba e invertir en infraestructura para ayudarnos a comunicarnos mejor con Linia y con otras comunidades remotas en la meseta de Guyana.
Si bien el sistema financiero que trivializa la salud de Linia y su comunidad continúa, estamos con ella en la búsqueda de soluciones para su gente. Mientras que el sistema de salud trivializa la participación de las mujeres indígenas, nosotros brindamos los resultados de las pruebas para facilitar la autonomía de las madres que desean participar en la salud de sus hijos.
Linia espera identificar y transportar alimentos no contaminados a su comunidad para reducir la exposición de su gente a niveles peligrosos de mercurio que causan muertes, enfermedades y discapacidades donde no existen otras alternativas para la mitigación. Sabemos que este es un proyecto ambicioso, pero es el siguiente paso para encontrar una solución culturalmente apropiada y dirigida por la comunidad a una crisis de salud pública. Esperamos unirnos a ella.
Cuando Linia nos pidió ayuda, pudimos mostrarnos solidarios con ella de inmediato. Cuando le pedimos ayuda a la Coalición para el Desmantelamiento de la Doctrina del Descubrimiento, ellos a su vez pudieron responder al solidarizarse de inmediato con Linia y el pueblo Wayana. Para nosotros, esta es una historia inspiradora de solidaridad.
—Sarah Augustine es descendiente del Pueblo Tewa, y asiste a la iglesia Menonita Seattle, Washington, EE.UU. Ella es la directora ejecutiva del Centro de Resolución de Disputas de los condados de Yakima y Kittitas. Ella co-fundó el Fondo de Salud Indígena de Surinam y la Coalición Nacional para el Desmantelamiento de la Doctrina del Descubrimiento.
Esta historia fue publicada en el paquete de Recursos para el culto del Domingo de la Paz 2020
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