Al corriente: noviembre 10, 2020
“EL amor de Indonesia”: para los YAMENers Enosh Rupamajhi, Jeu Song and Olicky Muchindu la calidez de la relación, tanto de sus anfitriones como entre ellos, es la marca distintiva de su año.
YAMEN ofrece a los jóvenes adultos de todo el mundo la oportunidad de dejar lo que les es familiar para servir, crecer y aprender en un trabajo de servicio internacional durante un año. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). En Indonesia, YAMEN es un programa conjunto con Indomenno, una asociación de los tres sínodos Menonitas de Indonesia y del Congreso Mundial Menonita.
intercambio] para las personas, la iglesia, las familias anfitrionas, la comunidad anfitriona y el lugar de trabajo son enormes”.
En Indonesia, Jeu Song (YAMENer de Laos) junto con el pastor visitó a feligreses y trabajó en el equipo de multimedia en la iglesia JKI Kasih Allah (Iglesia Cristiana de Indonesia) en Semarang.
Olicky Muchindu (Zambia) sirvió en la clase de jardín de infantes en ‘GITJ’ (Gereja Injili di Tana Jawa) Tompomulyi Juwana. Él frecuentemente practicaba, con las personas del pueblo, el indonesio, idioma nuevo que estaba aprendiendo. “Soy una persona muy social”, dice Olicky.
Enosh Rupamajhi (India) fue profesor asistente de inglés en ‘GITJ’ (por sus siglas en inglés) Ketanggan Pati. Disfrutó aprendiendo sobre el negocio de la apicultura de su padre anfitrión.
A partir de Marzo del 2020, estas personas participantes de YAMEN, que sirven en las iglesias Menonitas en Indonesia, no pudieron seguir con sus asignaciones de trabajo de servicio debido al cierre por emergencia por el COVID-19 y tampoco pudieron regresar a sus hogares debido a restricciones de viaje. Los hombres jóvenes soportaron el cierre por emergencia juntos en una oficina en Salatiga hasta Julio cuando pudieron regresar a sus casas de a uno.
‘Los muchachos’ se convirtió en una familia.
A veces, ellos “solo necesitaban respirar”, dice Olicky Muchindu. Confinados en la oficina extrañaban a sus anfitriones, estaban tristes por los eventos y por las oportunidades que perdieron. Además estaban preocupados por sus familias.
Para pasar el tiempo cantaban juntos canciones, escribían historias sobre sus asignaciones de trabajo y expresaban sus sentimientos en relación a los contratiempos del idioma, se enseñaron mutuamente a cocinar su comida tradicional casera y oraban juntos todas las noches. “Ahora ya puedo cocinar pollo al curry”, dice Jeu Song.
“Regresarlos a casa fue complicado”, dice Anielle Santoso, enlace del Indomenno. “Pero, 'los muchachos' se ayudaron unos a otros”. Dos de ellos trabajaron con sus gobiernos para conseguir asientos en vuelos de repatriación.
“Si trabajamos en unidad [a través de las diferencias]”, dice Jeu Song, “nos conoceremos y podremos ayudarnos mutuamente cuando atravesamos algo difícil” – tanto en entornos ecuménicos como en las relaciones personales.
“Cuando quedó claro que el COVID-19 era una pandemia mundial, el CCM tuvo que tomar decisiones con respecto a las personas que estaban haciendo sus trabajos de servicio”, dice Andrea Geiser. Las/os directores de área, las personas coordinadoras de programas y las personas participantes discernieron las opciones disponibles a medida que los programas fueron reduciendo sus actividades. Debido a las restricciones de viaje, muchas personas de YAMENs, como ‘los muchachos’, permanecieron en sus países anfitriones durante meses. Tres personas de YAMEN del 2019/2020 continúan sus períodos de servicio (los cuales han sido afectados por la pandemia) hasta el mes de diciembre.
A medida que el COVID-19 continúa afectando los lineamientos de viaje, de salud y de seguridad, las oportunidades de servicio han sido limitadas a solo dos personas de YAMEN a partir de octubre del 2020.
Bajo el cierre de emergencia, “los Muchachos” en Salatiga continuaron su experiencia intercultural, utilizando tanto el indonesio como el inglés como idiomas en común. [Haga clic aquí para ver una canción de adoración que escribieron juntos en Indonesio]
“Todas las mañanas, cantábamos canciones de adoración en Bahasa Indonesio”, dice Enosh Rupamajhi. “Siento que aquí está la presencia del Señor; terima kasih, Tuhan! [‘gracias, Dios’ en indonesio]”.
—Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Karla Braun, una escritora del Congreso Mundial Menonita que vive en Winnipeg.
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