Un espíritu transformado por las oraciones contestadas

En Renovación 2027, El Espíritu Santo Transformándonos en Kisumu, Kenia, el 21 de abril de 2018, varias personas compartieron el testimonio de una experiencia acerca de la obra del Espíritu cambiando a las personas dentro la iglesia. Varios de los artículos en esta sección han sido adaptados a partir de esas presentaciones. Algunos testimonios adicionales también cuentan sobre la obra del Espíritu Santo transformando las vidas.

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo (Mateo 28,19). Eso es lo que mi iglesia, la Iglesia de los Hermanos en Cristo (BICC, por sus siglas en inglés) en Zimbabue enseña. No podemos ver al Espíritu Santo con nuestros ojos, pero vemos a Dios en acción a través de su Espíritu, y el resultado es siempre asombroso, impresionante e inspirador.

Cuando era niña, se nos enseñaba sobre Dios el Padre y Jesús, el gran amigo de los niños, y nuestro Salvador. El Espíritu Santo apenas era mencionado, aunque entonábamos cantos que propugnaban el poder de este consolador y maestro.

Íbamos a la iglesia a adorar a Dios con otros creyentes a través de la oración, los estudios bíblicos/la escuela dominical, los himnos (de alabanza y de adoración), la ofrenda y el sermón.

Durante muchos años, nuestras iglesias enseñaron bien la Biblia, pero nuestras acciones en la adoración, aunque apropiadas en lo que a forma se refiere, no coincidían con la ética, particularmente cuando se trataba de dar el diezmo y la ofrenda así como cualquier otro tipo de dádiva.

Luego llegaron las enseñanzas sobre la persona del Espíritu Santo; comencé a presenciar cambios de actitudes.

Cuando una iglesia permite el poder transformador del Espíritu Santo, vemos los frutos del amor, de la alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y del dominio propio (Gálatas 5,22–23). 

El tiempo de oración se ha convertido en un tiempo de verdadera comunión con Dios. 

Durante la alabanza y la adoración, el equipo está adorando a Dios de forma genuina, pudiendo dirigir al resto de la congregación a la presencia de Dios. La letra de los himnos adquiere un nuevo significado. 

La práctica de dar está mejorando. Los adoradores ya no están dando los diezmos y las ofrendas por obediencia a la ley, sino más bien por amor, por gozo y con corazones agradecidos. Para la mayoría de las personas el dar generosamente como lo hicieron los macedonios en 2 Corintios 8 no es fácil, pero seguimos siendo testigos de la transformación que solo podemos atribuir a la obra del Espíritu Santo. 

Un ejemplo de la obra del Espíritu Santo es el que ocurrió en 2011, durante la conferencia femenina de BICC en Mtshabezi Mission.

El último día de la conferencia, la evangelista Silibaziso Nhliziyo basó su mensaje en Génesis?9,17–26. Esta querida mujer de fe profunda desafió a la iglesia a cuidar de nuestros padres espirituales, de nuestros pastores y líderes que están expuestos a las carencias y a las necesidades. 

Ella puso el dedo sobre la llaga: “La esposa del obispo Ndlovu visita a los enfermos y a los desconsolados, y hace muchos mandados para la iglesia a pie, o toma los taxis de recorridos cortos. Sin embargo, vivimos con comodidad y manejamos buenos vehículos, ¿verdad? Hoy, vamos a dar, para que la esposa del obispo pueda comprar un vehículo. Den, mujeres: planten una semilla para aliviarle la vida a la esposa del obispo al servir a Dios. 

“Vamos a dar $5.000 para comprar el vehículo. Lo que hacen por ella, lo están haciendo para Dios”. 

Parecía una tarea difícil para muchos que generalmente daban el mínimo posible. 

Sorpresa, sorpresa, las mujeres pasaron al frente comprometiéndose con sumas que sobrepasaban la cifra citada. Todas estuvimos de acuerdo en que el Espíritu Santo estaba obrando. Hasta la fecha, el vehículo de 10 asientos que compramos es utilizado por la esposa del obispo y por otras damas de la iglesia que están llevando a cabo el ministerio de mujeres.  

Silibaziso continuó diciendo: “Siento en mi espíritu que hay mujeres que están teniendo problemas para concebir. Sus corazones claman por tener hijos. Algunas se están dando por vencidas. ¡Con Dios nunca te des por vencida!” 

Muchas mujeres pasaron al frente para pedir oración.

Seis años después, durante la conferencia anual de mujeres de los Hermanos en Cristo, Lovewyn Mhlanga, una talentosa maestra y conferencista, casada con un ministro del evangelio en la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Lobengula en Bulawayo, dio un testimonio personal. 

“En Mtshabezi [la conferencia mundial femenina de 2011] me encontré con mi Jesús de una forma especial”, dijo ella.

“Estaba reacia a seguir adelante. Había perdido cuatro embarazos. Ya habían orado muchas veces por mí, pero mis esperanzas se habían desvanecido muchas veces. 

“Me dirigí al frente de mala gana, con las lágrimas rodando por mi rostro. Mientras oraban por mí, Dios me tocó. 

Poco después, tuve un embarazo que alimenté con una mezcla de alegría y ansiedad. Después de nueve meses, ingresé al hospital para un parto por cesárea. Cuando todavía me encontraba en el quirófano escuché llorar a mi bebé y dije, ‘¡Dios, eres tan bueno! Eres fiel. Eres Jehová y mereces toda la adoración!”

Al estar sentada aquí, hay cosas por las cuales le crees a Dios. Cree que Dios traerá un avance en tu vida”, dijo Mhlanga. “Tuve a mi niña, Princesa. Oré por otro bebé, y Dios me dio un hijo, el príncipe Joshua.

¿Se encuentra el Espíritu Santo en nuestro medio transformando las situaciones y las vidas? ¡Sí, lo está! El mismo Espíritu Santo que trajo a los misioneros, que nos dio el evangelio, que vino con escuelas y hospitales, es el mismo Espíritu que obra en la actualidad construyendo el reino de Dios.

—Barbara Nkala es representante regional del CMM para África meridional. Es miembro de la iglesia Hermanos en Cristo en Zimbabue. Ella fue una de las oradoras en Renovación 2027, El Espíritu Santo nos transforma, en Kisumu, Kenia, el 21 de abril de 2018. Las columnas de esta sección se adaptaron de su presentación.

Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

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