Al corriente: septiembre 8, 2022
Contexto Histórico Anabautista
El anabautismo es un movimiento cristiano que tiene sus orígenes en la Reforma Radical. La fecha más ampliamente aceptada para el establecimiento del anabautismo es el 21 de enero del 1525, cuando Conrad Grebel bautizó a George Blaurock en la casa de Felix Manz en Zurich, Suiza. George Blaurock inmediatamente bautizó a otras personas bajo la confesión de su fe. Estos bautismos fueron los primeros “re-bautismos” conocidos en el movimiento.
El anabautismo se desarrolló en varios grupos en Europa durante el siglo XVI – incluyendo a las personas menonitas (quienes llevan el nombre por Menno Simons de los Países Bajos) – y se extendió a varios lugares. Las personas de este movimiento continuaron moviéndose y creciendo en número alrededor del mundo en los siglos siguientes.
El Congreso Mundial Menonita comenzó en 1925 como una forma de reunir a las muchas iglesias de diferentes corrientes del anabautismo. Hoy en día, el CMM tiene iglesias miembros en 58 países, cada una con su propia historia de cómo comenzaron y llegaron a ser parte de nuestra comunión anabautista. El Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial es un evento anual para las congregaciones miembros del CMM de todo el mundo, que adoran juntas en espíritu utilizando los mismos recursos de adoración, sabiendo que las personas nos pertenecemos unas a otras dentro de esta familia global de fe.
El movimiento anabautista comenzó como parte de un movimiento de renovación dentro de la Iglesia Católica en Europa a principios del siglo XVI. Parte de su inspiración proviene de la tradición Católica: el fuerte sentido de disciplina y comunidad que se encuentra en el monaquismo, por ejemplo, la atención al Espíritu Santo que se puede encontrar en el misticismo católico, o el énfasis en seguir a Jesús en la vida diaria en ‘The Imitation of Christ (La imitación de Cristo)’, de Thomas á Kempis. El anabautismo también tiene una deuda con Martín Lutero y el movimiento de la Reforma temprana, particularmente el énfasis de Lutero en la autoridad de las Escrituras y su énfasis en la libertad de la conciencia cristiana. Y el movimiento fue moldeado por el profundo malestar social y económico de su época que estalló en la Guerra de los Campesinos de 1524-1525.
Las mismas personas anabautistas, sin embargo, habrían dicho que simplemente estaban tratando de ser fieles seguidoras de las enseñanzas de Jesús y el ejemplo de la iglesia primitiva.
Aunque las fechas pueden ser algo arbitrarias, el movimiento anabautista comenzó “oficialmente” el 21 de enero de 1525 cuando un pequeño grupo de personas reformadoras cristianas se reunió para un servicio de adoración secreto en Zurich, Suiza. El grupo se sintió frustrado por la vacilación de su líder, Ulrich Zwingli, de promulgar los cambios en los rituales católicos que acordaron exigían las Escrituras, especialmente con respecto a la misa y la práctica del bautismo infantil. En su lectura de las Escrituras, el verdadero bautismo cristiano asumió un compromiso consciente de seguir a Jesús – algo que ningún infante podía hacer. Así que, el 21 de enero de 1525, este pequeño grupo de personas acordó bautizarse unas a otras como gente adultas. Aunque pasaría algún tiempo antes de que se enfocara el significado completo del bautismo, las primeras personas anabautistas entendieron que este acto simbolizaba la presencia del Espíritu Santo en el don de la gracia de Dios, un compromiso con una vida de discipulado diario y membresía en una nueva comunidad del pueblo de Dios.
Las personas integrantes del movimiento generalmente se referían a sí mismas como “hermanos y hermanas” (Brüder) —o más tarde con el término más descriptivo de “mentalidad-bautismal” (Taufgesinnten). Sus oponentes los etiquetaron como anabautistas (rebautizadores), en parte porque el “rebautismo” era un delito penal en el Sacro Imperio Romano, castigado con la muerte. Al principio, el grupo se resistió al término “anabautista” ya que en sus mentes no estaban rebautizando, sino bautizando correctamente por primera vez.
Pero con el tiempo, el nombre persistió. Hoy en día, anabautista es un término inglés aceptado para todos los grupos de la Reforma que practicaron el bautismo de creyentes (en lugar de infantes), y las denominaciones descendientes de ellos, como los amish, menonitas y hutteritas.
Sin embargo, con el tiempo surgió un movimiento coherente. Su identidad se forjó, al menos en parte, a partir de la necesidad de responder a varios desafíos básicos. Primero, en respuesta a las acusaciones de herejía por parte de las autoridades religiosas y políticas en la primera mitad del siglo XVI, las personas anabautistas se apresuraron a definirse a sí mismas como cristianas fieles y creyentes en la Biblia. En segundo lugar, las voces militantes entre las peronas, quienes estaban listas a imponer el cambio social y religioso con violencia obligaron a la gente anabautistas a aclarar su identidad como gente cristiana pacífica no resistente y respetuosa de la ley, cuya única arma era el amor. Y finalmente, frente a aquellas personas disidentes espiritualistas que favorecían una experiencia religiosa interna evitando las disputas teológicas y pasando desapercibidas por las autoridades, la gente anabautista se vió en la obligación de defender la naturaleza pública y visible de la iglesia.
A pesar de la diversidad de teología y práctica evidente en la primera generación de anabautistas, en la década de 1540 habían surgido tres grupos coherentes: Los Hermanos Suizos en los territorios de habla alemana; los Huteritas de Moravia; y los Menonitas de los Países Bajos y el norte de Alemania quienes se organizaron en torno al liderazgo de Menno Simons. Aunque estos grupos diferían de manera importante, no obstante se reconocían entre sí como miembros de la misma tradición religiosa, por lo que sus desacuerdos internos a menudo tomaban la forma de una disputa familiar.
—Extractos de ‘Stories: How Mennonites Came to Be’, por John D. Roth, Herald Press, 2006. Adaptado y utilizado con autorización.
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