Al corriente: agosto 4, 2020
Agosto de 2020 marca el 75 aniversario de los ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki, Japón. El Congreso Mundial Menonita (CMM) se ha unido a una amplia coalición de comunidades, basadas en la fe de todo el mundo, quienes hicieron un llamado a los gobiernos para que ratifiquen el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
“Las armas nucleares no crean paz, sino que intensifican el flagelo y la amenaza de guerra en nuestro mundo, vidas y comunidades”, dice el comunicado.
“Como una iglesia histórica de paz, el CMM se opone a la guerra y a la violencia como un medio para resolver problemas a nivel personal o estatal”, dice el secretario general del CMM, César García. “Las armas nucleares – que causan la destrucción indiscriminada de humanos y de la creación mucho después de su descarga – no deben ser una herramienta para ningún país. El CMM ha hablado formalmente en contra de las amenazas nucleares por décadas.”
“Reafirmamos que la presencia, incluso de un arma nuclear, viola los principios básicos de nuestras diferentes tradiciones de fe... Las armas nucleares no son solo un riesgo futuro, su presencia aquí y ahora, socava los fundamentos éticos y morales del bien común”.
El comunicado llama a los gobiernos a comprometerse a que el mundo sea “más pacífico, seguro y justo” – sin armas nucleares.
A finales de 1945, 213.000 personas habían muerto como resultado de los bombardeos en Japón. Los ataques causaron dolor, sufrimiento y más muerte, tanto de humanos como de la creación, en los años siguientes. El comunicado reconoce a las personas, sobrevivientes de esos ataques, quienes dan testimonio del daño de las armas nucleares.
“Lamentamos el racismo y el colonialismo que llevó a los estados, con armas nucleares, a probar dichas armas en aquellas comunidades, cuya existencia ellos consideraban innecesarias, vidas muy alejadas de las suyas, vidas que importaban menos, vidas que fueron tomadas en busca del poder destructivo para unas pocas personas”. Reconocemos el inmenso sufrimiento, la opresión y la explotación que enfrentan las comunidades indígenas de todo el mundo cuyos cuerpos, tierras, aguas y aire han servido como campo de pruebas para las ambiciones de quienes dominan con la fuerza”, dice el comunicado.
Las Naciones Unidas adoptaron el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares en 2017; este Tratado entrará en vigor 90 días después de ser ratificado por 50 estados.
Algunas palabras del CMM en contra de las amenazas nucleares:
Mensaje del Comité de Paz, XI Asamblea Mundial, Estrasburgo 1984
“... La amenaza de una guerra nuclear y la posible contaminación nuclear del medio ambiente se han descrito como los principales problemas morales de nuestro tiempo. Las armas nucleares no solo matan; ellas destruyen toda la vida. Como pueblo de Dios, servimos con esperanza incluso ante la amenaza nuclear...”
Carta de Preocupación, Tercera reunión de la Conferencia Menonita de Asia, Taipéi, 1986
“... Como personas cristianas, independientemente de nuestra nacionalidad, política o puntos de vista, nos sentimos con la obligación de hablar en contra de la producción de energía nuclear...”
—Comunicado del Congreso Mundial Menonita
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